VES-e: Gustavo Núñez Testa (1958-2013) – Músico, científico, innovador, emprendedor, y gerente petrolero. Un gran venezolano

PROYECTO VES
José Álvarez-Cornett
(@chegoyo en Twitter)
CARACAS (Chegoyo.com)
15/Septiembre/2015

Portada Gustavo Nuñez

Aquí [en el caso de la Orimulsión] se abrió espacios de innovación
y de aplicación de ciencia de una manera tremenda y todavía eso
sigue ocurriendo.

El camino ha sido difícil
en el sentido de que este combustible y esta invención
ha sido hostigada internacionalmente y
lo que la ha mantenido competitiva
no ha sido más que un esfuerzo sostenido
en ciencia.

En este momento, se trabaja arduamente
para tratar de lograr la denominada Emulsión Verde,
mediante la cual, a través de biotecnología,
se removerá el azufre presente en el bitumen
y se obtendrá un combustible del Siglo XXI.

Gustavo Adolfo Núñez (2000)¹
Gerente de Planificación de Intevep

Por esta calle se va a Ítaca
y en su rumor de voces, pasos, sombras,
cualquier hombre es Ulises.
Grabado entre sus piedras se halla el mapa
de esa tierra añorada. Síguelo.
El pájaro que escuchas está cantando en griego;
no lo traduzcas, no va a ahorrarte camino.
Aquellas nubes vienen en su mar, contémplalas;
son más puros los cielos en las islas.
Por esta calle, en cualquier auto,
hacia el norte o el sur se viaja a Ítaca.
Aun sin moverte, como estos árboles,
hoy o mañana llegarás a Ítaca.
Está escrita en la palma de tu mano
como una raya que se ahonda
día tras día.
Aunque te duermas despertarás en Ítaca[…]
Ítaca, para un homenaje a C. Cavafy de
Eugenio Montero, Poemas selectos, bid &co, 2008

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PARTE I

Introducción

Gustavo Adolfo Núñez Testa: Los primeros tiempos

La tecnociencia de Gustavo Núñez

1986: Gustavo Núñez regresa a Venezuela

PARTE II

Los trabajos científicos de Gustavo Núñez en el Intevep

Gustavo Núñez, gerente petrolero

Despidos: Una pausa para reflexionar

La Salida de PDVSA: ¿Qué hacer ahora?

Emigración a Panamá y la creación de NDT

La familia Núñez Blanco

La Ciencia de Gustavo Núñez en Panamá

A modo de conclusión

Agradecimientos

divider-line1-300x72Introducción

En un foro sobre ciencia y tecnología para la construcción del futuro de Venezuela¹, realizado el 22 de junio del 2000, en el auditorio Lorenzo Mendoza Fleury de la Fundación Polar, Gustavo Adolfo Núñez Testa pronunció las palabras con las que se inicia este ensayo.

En ese entonces, el conferencista se sentía optimista de que “Mediante ciencia y tecnología nosotros podemos hacer que la Faja [Petrolífera del Orinoco] sea el yacimiento de crudo liviano más grande del mundo, más grande que la suma de todo lo que está en el Medio Oriente. Imagínense el reto que eso impone.” Y, luego, a continuación, añadía, “En suma, los retos de la industria petrolera requieren del concurso de todos y esta pequeña historia [la que contó en el foro sobre el desarrollo de la Orimulsión] ilustra que no es el Intevep, no son 1400 iluminados que están en Los Teques, sino muchísimas personas, más allá de Intevep, muchísimos científicos, estudiantes, vendedores, estrategas. El concurso de estos actores, sobre todo en ciencia y tecnología, es lo que puede hacer que la industria venezolana de los hidrocarburos mantenga su competitividad, que se maximice la monetización de los recursos que están en este país para que, de una manera definitiva, puedan utilizarse en la generación de prosperidad y para que se mantenga la vigencia de esta industria.”

Casi veinticuatro meses más tarde, el INTEVEP (Instituto de Tecnología Venezolana para el Petróleo), en un acto absurdo, irracional, insólito y masoquista, fue “vaporizado“. La génesis de esta tragedia para la ciencia y la tecnología en Venezuela fueron los primeros despidos a pitazos del 7 de abril de 2002 ocurridos en Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA). Estos despidos fueron luego continuados en forma progresiva, por medio de avisos publicados en la prensa nacional. Ordenado por el alto gobierno, junto con otros 881 empleados del Intevep, y, miles de empleados – entre 20,000 y 22,000 – de Pdvsa, Gustavo Núñez Testa fue despedido de su cargo como Gerente Corporativo de Tópicos Estratégicos de esta empresa petrolera.

Entonces, como tantos otros petroleros venezolanos, Gustavo Núñez se vio forzado a emigrar, escogió ir a Panamá, allá, en la Ciudad del Saber, con su gran creatividad tecno-científica, capacidad para innovar y emprender, en el año 2003, fundó una empresa de base tecnológica. Todo le iba muy bien, hasta que un mal día, un 25 de mayo del 2013, en tempranas horas de la mañana, entendemos que mientras aún dormía, tuvo un infarto fulminante el cual, llevándose sus sueños de Prometeo, lo arrastró hacia la noche oscura.

Gustavo Núñez Testa no tuvo oportunidad de seguir aquella conseja –Do not go gentle into that good night– del poeta Thomas Dylan (para traducción de “No entres dócil en esa dulce noche”, ver aquí):

Do not go gentle into that good night,
Old age should burn and rave at close of day;
Rage, rage against the dying of the light.

Though wise men at their end know dark is right,
Because their words had forked no lightning they
Do not go gentle into that good night.

Good men, the last wave by, crying how bright
Their frail deeds might have danced in a green bay,
Rage, rage against the dying of the light.

Wild men who caught and sang the sun in flight,
And learn, too late, they grieved it on its way,
Do not go gentle into that good night.

Aunque, inoportunamente e inesperadamente, a temprana edad y con aún mucho por dar, Gustavo Núñez se nos fue a residir a Ítaca  – la ciudad-destino que el poeta griego Constantino Cavafy nos ha señalado como nuestro final de ruta – el ejemplo de su ciencia innovadora (34 publicaciones tecno-científicas y 31 patentes internacionales), su tesón innovador y emprendedor ha quedado muy aquí con nosotros para servirnos de guía y ejemplo, en especial, para las nuevas generaciones. Gustavo Núñez, como lo dice Eugenio Montejo, no se amilanó ante la vida y fue un Ulises.

Aunque te duermas despertarás en Ítaca;
la lluvia de este valle todo lo arrastra
despacio hasta sus puertas.
No tiene otro declive.
Ya puedes anunciarnos tu llegada, buscar hotel,
darle al olvido tu destierro.
Por esta calle no ha cruzado un hombre
que al fin no alcance su paisaje.
Prepara el corazón para el arribo.
Una vez en su reino, muestra tu magia,
será el reto supremo del exilio.
A ese mar no se miente. La furia de sus olas
todo lo hace naufragio. Pero no te amilanes,
Demuéstranos que siempre fuiste Ulises.

Gustavo Nuñez

Gustavo Núñez Testa (1958-2013)

Ahora, se preguntarán Uds., pero quién fue en realidad esta persona llamada, Gustavo Adolfo Núñez Testa, cómo y dónde se formó, cómo fue su vida y cuáles fueron sus éxitos y metas alcanzadas. Usando la metodología Sondeo Histórico Digital, en este otro ensayo más del Proyecto VES, una iniciativa que hemos creado para contar desde la Web las historias de vida de la migración intelectual científico-técnica en Venezuela, trataremos de dar respuestas a todas estas preguntas y, en el proceso, esperamos poder hacer un bosquejo de la vida y obra de Gustavo Adolfo Núñez Testa.

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Recordemos, VES es un acrónimo con un doble significado. Por una parte, VES se refiere a la inmigración intelectual hacia Venezuela, principalmente, aquella ocurrida entre 1935 y 1975, en ese sentido, VES (VES-i) significa: VES (Vinieron, Educaron y Sembraron). Por otra parte, el Proyecto VES está también relacionado con la emigración intelectual de venezolanos, en especial, la que ha venido ocurriendo, aproximadamente, desde 1984 hasta nuestros días, en ese sentido VES (VES-e) significa: VES (Viajaron, Emigraron y Surgieron).

Quien escribe, a pesar de haber estado relacionado con la industria petrolera, no tuvo la oportunidad de conocer a Gustavo Núñez. Usando la metodología SHD, se ha explorado las redes por los fragmentos o las trazas digitales sobre la vida de Gustavo Núñez, y, ahora, aquí, integrados en una narrativa, se los presentamos esperando que este bosquejo de su historia de vida sirva para dejar el recuerdo sobre la huella que Gustavo Adolfo Núñez dejó en el mundo, y en su país de origen, Venezuela.

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Gustavo Adolfo Núñez Testa: Los primeros tiempos

Gustavo Adolfo Núñez Testa, hijo de Jeremías Núñez Cortez (f. 2007) y Dalia Testa de Núñez, nació en Guanare, Estado Portuguesa, el 21 de enero de 1958, en una familia con otros tres hijos (las hermanas de Gustavo: Zulma Núñez de Barany, Zaralina Núñez de Ruelle y María Antonieta Núñez), y estudió el bachillerato en el Colegio Champagnat de Caracas.

Equipo Marista 71 G Nunez

A la izquierda, primer plano, con el equipo Marista del Colegio Champagnat.

Después de su graduación como bachiller, ingresó, en 1976, en la Universidad Simón Bolívar (USB) para estudiar Ingeniería Mecánica y, en 1981, egresó con el título de Ingeniero Mecánico formando parte de la VIII Promoción de Ingenieros Mecánicos de esa casa de estudios.

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Gustavo Núñez con sus padres el día de su graduación de la USB como Ingeniero Mecánico.

Grado Gustavo Nunez USB

En el acto de grado en la USB, inclinándose para recibir la medalla.

Gustavo Nuñez fue un aficionado al deporte y a la música, llegando incluso a formar parte de una banda con el curioso nombre de Nemquetaba (Nemqueteba o Nemquereteba, es un Dios de la mitología Muisca). Aunque para él la música no era solamente un hobby, Gustavo Nuñez cursó estudios formales de música en la Escuela Juan Manuel Olivares de Caracas, en donde obtuvo el título de Maestro Ejecutante de Guitarra.

Después de su inesperada desaparición, varios de sus amigos del colegio, la universidad y la industria petrolera escribieron mensajes en las redes para expresar su consternación y recordar su memoria, muchos rememorando, precisamente, los años juveniles.

Antonio López Ortega:

(..)Nos conocimos hacia 1974, o quizás un poco antes, por intermedio de un amigo común: José Gregorio Silva. Yoyo, como le decíamos, expulsado del Instituto Escuela por cualquier motivo banal, recaló en el colegio Champagnat, donde conoció a Gustavo y tantos otros. En poco tiempo, ese puente construyó amistades entre ambos bandos, y hacia 1975, año de nuestra graduación, ambas promociones casi hacían el acto juntas. Del Champagnat nos llegaba el deporte (eran futbolistas empedernidos) y también el rock (casi todos tocaban algo). Pero de todos ellos, Gustavo era la figura intelectual: buen lector, buen analista, buen músico. Se interesaba de manera cabal en el otro, interrogándolo hasta el cansancio: cuando sentía que ya lo había absorbido todo, una sonrisa de satisfacción le marcaba el rostro.

En su banda de música GN

(…) Pero me interesa más hablar del Gustavo personal, buen amigo, solidario. Siempre tuve la impresión de que sus padres velaron por la educación integral de sus varios hijos, y Gustavo no fue la excepción. Era un guitarrista virtuoso, y no sólo buen ejecutante sino también compositor. Mi tibia cercanía con las letras y su probado dominio musical nos juntaron como fieles en una adoración común: la del rock sinfónico. No hubo banda, instrumentista, disco o pieza que no conociéramos y comentáramos. Nos volvimos unos eruditos, unos obsesos. La simbiosis entre el Instituto Escuela y el Champagnat juntaba algunos músicos de nivel, y en una época de febril seguimiento, superando algunos ensayos previos, Gustavo apareció un día en casa de Yoyo con la idea de fundar un grupo llamado “Nemquetaba” (después descubriríamos que, en sus lecturas extrañas de adolescente, se trataba de un dios de la mitología muisca, especie de anciano de cabellos largos y barba blanca, que instruyó a los primitivos habitantes en el arte de tejer, fabricar cerámica, hacer orfebrería y comerciar con sus vecinos. Todo armonizado bajo unas normas éticas que recordaban la doctrina cristiana).

Nemquetaba hizo un rock entre acústico y electrónico. Sus piezas eran largas, enrevesadas, de letras incomprensibles, pero el tono lírico, armonioso, de su discurso musical se debió a Gustavo, su líder indiscutible.

Aquiles Esté (compañero de la banda de rock):

(…) No conozco a nadie que haya estado cerca de Gustavo y no hubiere sentido la influencia de su generosidad, su poderosa personalidad y de sus anticipados puntos de vista. Gustavo fue en buena medida el producto de la concepción integradora de las ciencias y las humanidades que proyectó el filósofo Ernesto Mayz Vallenilla para la Universidad Simón Bolívar. En esos cursos, por allá por los tardíos años 70, salieron esos muchachos que entendían que la luna poética y la científica, eran, al final del día, la misma luna. De ese crisol salieron venezolanos brillantes que en su mayoría han abandonado el país, huyendo de la debacle moral, social y económica que representa el chavismo.

(…) Le debo mucho a Gustavo. Gracias a su presencia empecé a estudiar guitarra clásica, hace 35 años, cuando tocábamos juntos en Nenketaba, una banda que Gustavo liderizaba y que mezclaba instrumentos acústicos, sonidos electrónicos y las letras primeras de Antonio López Ortega, quien es hoy un escritor de cancha internacional. Gracias a Gustavo tuve acceso temprano a un modo de actuar y pensar, siempre en cruce entre las humanidades, la tecnología y los negocios, un punto de vista que ha sido determinante en mi vida.

Carolina Acosta-Alzuru:

Pensar a Gustavo es regresar a un estacionamiento en la Universidad Simón Bolívar donde hace tres décadas se jugaba futbolito al final de las tardes. Gustavo, mi esposo Guillermo y varios amigos formaron un equipo de nombre insólito, “Raja que chupa”, que se cubrió de gloria innumerables veces al ganarle sorpresivamente a equipos cargados de talento y favoritismo mientras la neblina bajaba implacable sobre Sartenejas. Gustavo era el capitán. En él, “Raja que chupa” tenía un líder de aguda inteligencia, un defensa antológico que nunca se rindió ante el contrario y un militante de la amistad.

Luis Pacheco–compañero de trabajo en Pdvsa–, en su texto, Mi amigo Gustavo Núñez:

(…) [La] desaparición repentina e inesperada de Gustavo Núñez, a quien la parca Átropos decidió cortarle el hilo de la vida en mala hora, no puede ni debe ser noticia de periódico de ayer.

(…) El periplo de Gustavo es ciertamente un ejemplo viviente de cómo de las cenizas resurge con fuerza el ave Fénix. Para algunos Gustavo podía parecer como un pedante insoportable, un científico soñador y poco práctico; para mí siempre fue un hombre brillante, lo más cercano que he conocido a un hombre del renacimiento, muchas veces equivocado, pero nunca mal intencionado y ciertamente nunca aburrido; sus logros tanto personales, como científicos y empresariales dan suficiente fe de sus habilidades.

(…) Gustavo era un gran conversador, con una cultura extensa y con una generosidad sin límites para compartirla.

(…)

El sol del mediodía se alza inclemente en el cielo de Panamá, y dentro de la Iglesia del Colegio San Agustín en Punta del Este, el calor es agobiante. Las corbatas y trajes desentonan,  las perlas de sudor que caen de nuestra frente ayudan a disimular las lágrimas que corren por nuestras  mejillas. La iglesia está a reventar, aun fuera de su muy querida Venezuela Gustavo ha logrado convocar una multitud para despedirlo.
No llueve, el cielo se prepara con su mejor gala para recibir el alma de nuestro amigo.
Gustavo murió como vivió, en sus sueños.

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La tecnociencia de Gustavo Núñez

Un hecho poco divulgado, aunque la historia de la ciencia y la tecnología lo conoce desde hace varias décadas, es que el inventor de la máquina de vapor fue un español–navarro– de nombre Jerónimo de Ayanz y Beaumont (1553-1613), su privilegio de invención² – el equivalente a las patentes de hoy en día– es del año 1606, precediendo en 92 años a la primera patente británica de Thomas Savery (1650-1715) de 1698–el porqué, a partir de este desarrollo tecnológico, no surgió en España una revolución industrial es un tema muy interesante pero que aquí no podemos discutir.

La ingeniería mecánica tiene sus inicios en los desarrollos tecnológicos en Inglaterra en siglo XVIII en la llamada revolución industrial en donde equipos como las máquinas de vapor comenzaron a ser utilizados para la extracción de las aguas que inundaban las galerías de las minas –precisamente el mismo uso que le dio Jerónimo de Ayanz a su invento ya que él era el encargado de las minas del Rey–y en la industria textil para mover los hilares, aunque es en el siglo XIX con los desarrollos en la física – electricidad y termodinámica– que en realidad podemos hablar del surgimiento de la ingeniería mecánica.

La ingeniería mecánica aplica los principios de la ingeniería y los conceptos de la física –mecánica, cinemática, termodinámica y electricidad–, química y ciencias de los materiales– por ejemplo, la resistencia de materiales– para diseñar y analizar procesos de manufactura y sistemas mecánicos. Pero la ingeniería mecánica también aborda problemas en otras áreas como la robótica, la bioingeniería, la aeronáutica, los fenómenos de transporte y la nanotecnología. Y es, precisamente, en estas dos últimas áreas en donde Gustavo Núñez aplicaría toda su creatividad y talento, en particular, a los problemas relacionados con el transporte y uso de los crudos pesados, un material natural que Venezuela posee en abundancia.

Después de su graduación de la USB, Gustavo Núñez, financiado por el CONICIT – el extinto Consejo Venezolano de Investigaciones Científicas y Tecnológicas, creado en 1958 para promover y consolidar las actividades de investigación científica y tecnológica en Venezuela–, viajó a los EE. UU. para hacer una maestría y doctorado en Ingeniería Mecánica, ingresó como estudiante graduado en la Universidad de Minnesota-Twin Cities en dónde se especializó en una área de la ingeniería mecánica diferente a los temas que luego investigaría en Venezuela.

En 1984, Gustavo Núñez presentó la tesis de maestría titulada, Evaporation in the presence of natural convection and nonuniform, nonbuoyant velocity profiles (Evaporación en presencia de convección natural y no uniforme, perfiles de velocidad no boyante). Luego, en 1986, mediante la presentación de la tesis doctoral, Evaporation in the Presence of Isothermal and Non-isothermal Natural Convection (Evaporación en presencia de convección natural isotérmica y no isotérmica), Gustavo Núñez obtuvo el título de Ph.D. en Ingeniería Mecánica, en el área de mecánica de los fluidos. En el resumen de su tesis, Gustavo Núñez explica de que se trató misma:

A mutually complementary numerical and experimental study has been performed for steady-state evaporation in the presence of natural convection.
The evaporating liquid partially fills a vertical tube whose upper end is open to a fluid environment consisting of a binary mixture of gas and the vapor of the evaporating liquid. The work was divided into two major arts, namely, isothermal and non-isothermal evaporation.(…) The study was carried out for water as the evaporating vapor and air as the gas.
Nunez Grado U Minessota

Gustavo Núñez en el centro llevando en sus manos su título de PhD (1986).

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Profesor Ephraim Sparrow

En Minnesota, el tutor de Gustavo Núñez fue el profesor Ephraim Sparrow, “un hombre indispensable”. Con esas palabras califica Gustavo Núñez a su tutor, un ingeniero mecánico generalista, miembro de la National Academy of Engineering, quien obtuvo su licenciatura y maestría en el Massachusetts Institute of Technology (M.S. 1949, B.S. 1948) y doctorado y maestría en la Universidad de Harvard (Ph.D. 1952, M.A. 1950), con intereses en el estudio de los mecanismos de transferencia de calor y la mecánica de los fluidos pero quien ha investigado en temas muy amplios y variados (intercambiadores de calor, control de temperatura, diseño de hornos, modelado y simulación de transferencia de calor, conductividad térmica, mecánica computacional de los fluidos, fenómenos de turbulencia, control de flujo de fluidos, nuevos combustibles, instrumentación para medir presiones, transporte de nanopartículas, lubricidad de dispositivos biomédicos, análisis de flujos de sangre, desarrollo de dispositivos biomédicos, celdas fotovoltaicas, para solo mencionar unas pocas áreas– ver lista completa), y ha dirigido 87 tesis doctorales y 215 tesis de maestría y publicado cerca de 750 artículos en revistas arbitradas.

En la sección de agradecimientos de su tesis doctoral, parafraseando a Bertold Bretcht, Gustavo Núñez escribe sobre su tutor Eph Sparrow:

There are men who work many days; they are good men
Other work for years; they are better
A few work a lifetime; these are indispensable

I’ve had the privilege to have work with Professor Ephraim, an indispensable man.

Los trabajos de investigación de Gustavo Núñez para obtener su doctorado resultaron en la publicación de varios artículos en revistas arbitradas.

Analysis of evaporation in the presence of composition-induced natural convection.
SPARROW, E. M, NUÑEZ-TESTA, G. A. & PRATA, A.T.,1985
International Journal of Heat and Mass Transfer, 28, 1451-1460.

Models and solutions for isothermal and non-isothermal evaporation from a partially filled tube.
NUNEZ, G. A. & SPARROW, E. M. 1988
International Journal of Heat and Mass Transfer31, 461-477.

Experiments on isothermal and non-isothermal evaporation from partially filled, open-topped vertical tubes.
SPARROW, E. M.& NUNEZ, G. A., 1988
International Journal of Heat and Mass Transfer31, 1345-1355.

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Profesor Daniel D. Joseph (1929-2011)

En Minnesota, Gustavo Núñez también conoció al Profesor Daniel D. Joseph (1929-2011), un reputado ingeniero mecánico con quien luego, como veremos más adelante, establecerá relaciones profesionales en diversas situaciones. Daniel Joseph, quien en vida fue seleccionado para ser miembro de tres de las academias nacionales de los Estados Unidos (National Academy of Science, National Academy of Engineering, y American Academy of Arts and Sciences), hizo todos sus estudios en ingeniería mecánica en el Illinois Institute of Technology (B.S., M.A. y en 1963, Ph.D.) y, en 1963, ingresó al plantel profesoral del Departamento de Ingeniería Aeroespacial y Mecánica de la Universidad de Minnesota hasta su jubilación en el 2009.

El profesor Joseph, usando experimentos, desarrollos teóricos y modelado numérico, entre otros se dedicó, a la investigación de fluidos viscoelásticos, flujos multifásicos, dinámica de dos fluidos, lechos fluidizados, reducción de arrastre (drag) y el estudio de burbujas y gotas inmersas en fluidos newtonianos y viscoelásticos.

Con motivo del fallecimiento del Profesor Joseph se realizaron varios actos para recordar su memoria, y, entre ellos, un simposium a los que asistió Gustavo Núñez.

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Asistentes al simposium en honor al Prof. Daniel Joseph. Fila 1 (desde la izq.): Ellen Longmire, Kang Ping Chen, Geraldo Ribeiro, Colette Guillope, Perry Leo, Runyuan Bai, Mike Arney Fila 2: Krishnan Mahesh, Katepalli Sreenivasan, Hans Weinberger, Tom Lundgren, Clara Mata, Barbara Lundgren, Kay Joseph, Ling Jiang, Louise Pope, Toshio Funada, Valjean D’Amour, Ephraim Sparrow Fila 3: Howard Hu, Gustavo Nuñez, Dave Hultman, Karen Hesla, Todd Hesla, Pushpendra Singh, Bill D’Amour, Jurgen Sanders. Foto tomada del Daniel Joseph Memorial Symposium.

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“El catalizador que permite la creación
de lo que hoy es Intevep
emana de un sentido de dependencia tecnológica”.

Gustavo Núñez, en Visión Tecnológica (1999)

Gustavo Núñez regresa a Venezuela

En 1986, a su regreso a Venezuela, Gustavo Núñez ingresa a trabajar en el Instituto de Tecnología Venezolana para el Petróleo, mejor conocido por sus siglas INTEVEP, S.A. (hoy, PDVSA Intevep). En esta institución, Gustavo Núñez desarrolla una gran parte de su exitosa carrera profesional como científico aplicado, gerente del negocio de Orimulsión (1986-1999) y, luego, como gerente de planificación de Intevep (1995-1997).

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Logo de Intevep, S. A.

Para poner el trabajo de Gustavo Núñez en perspectiva en las próximas líneas, trataremos de dar respuesta a la siguiente pregunta: ¿Qué es el Intevep y cuáles ha sido sus logros? Una pregunta la cual, quizás, después del despido en masa de 881 empleados del Intevep, deberíamos formular en tiempo pasado, ¿Qué fue el Intevep y cuáles fueron sus logros?

Ya que es obvio que lo que hoy se llama Intevep no es igual a aquella institución que nació en 1976 y que realizó notables investigaciones y prestó valiosos servicios técnicos a la industria petrolera hasta, aproximadamente, los años 2002 y 2003, y que, hoy en día, podemos llamar como el período Intevep Azul.

De pasada, aprovechamos para puntualizar que el tema de los logros científico-técnicos del Intevep es una área fascinante para la investigación de la historia de la ciencia, la tecnología y la ingeniería en Venezuela la cual no ha sido estudiada con la debida profundidad, aunque sabemos que existen varios trabajos publicados desde la sociología de la ciencia que han tomado al Intevep como objeto de estudio (ver, por ejemplo, ¿Cuándo la tecnología es noticia? El caso de las tecnologías asociadas a la Industria Petrolera en Venezuela, LÓPEZ, M. S., VESSURI, H., y CANINO, M. V. (2006); Restricciones y oportunidades en la conformación de la Tecnología. El caso de la Orimulsion, VESSURI, H., y CANINO, M. V, OEI – Programación – CTS+I – Sala de lectura³).

Los orígenes del Intevep se remontan al año de 1970, a un grupo de trabajo del extinto Conicit. Aunque siendo un país petrolero, Venezuela carecía de experticia técnica local en la exploración, producción y refinación del petróleo, toda la tecnología utilizada era importada y la actividad petrolera, antes de la nacionalización, en 1976, tuvo escasa repercusión sobre las capacidades tecnológicas del país.

Por ello, el Conicit recomendó la creación de una comisión permanente en petróleo y petroquímica la cual fue creada en 1971, y de esta comisión permanente surgieron luego otras recomendaciones que llevaron a (1) la creación del FONINVES– formalmente llamado Fondo Destinado a la Investigación en Materia de Hidrocarburos y Formación de Personal Técnico para la Industria de dichas sustancias como un instituto autónomo adscrito al Ministerio de Minas e Hidrocarburos (MMH), creado por ley de fecha 20 de diciembre de 1972, publicado en la Gaceta Oficial N° 30.017 de fecha 26 de enero de 1973– y (2) la creación, en 1971, de un grupo de investigación en petróleo y petroquímica en el Centro de Petróleo y Química (CPQ) del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC). En 1974, del Foninves y el Conicit, surge la semilla primigenia del Intevep, el INVEPET (Fundación para la Investigación en Hidrocarburos y Petroquímica).

Intevep 1976

Villa Pignatelli en 1976. Foto tomada de SintraIntevep.

Intevep

Intevep, hoy en día. Foto tomada de SintraIntevep.

861 INTEVEP

Edifico Principal de Internet hoy en día. El Plan Maestro Preliminar de Desarrollo y el diseño de la remodelación le fue encargado a la firma estadounidense, William L. Pereira and Associates. Foto tomada de la Comunidad Petrolera.

 

INTEVEP Historia

Tomado de Visiones, Planes y Realidad…

En el Invepet se crearon tres grandes proyectos pioneros: la Biblioteca Técnica de Hidrocarburos (BTH) cuyo jefe era René Barrios – el BTH luego pasaría a ser el Centro de Información Técnica del Intevep–, el Laboratorios de Lubricantes y Aditivos (LLA), para evaluar lubricantes, gasolinas y diesels, dirigido por Alejandro Villoria y el Centro de Procesamiento de Datos Geofísicos (CPDG) liderado por el físico, Jesús A. Bilbao (B.Sc., Creighton University; M.Sc. Arizona State University; quien, en dos oportunidades, ha sido jefe directo de quien esto escribe). Inicialmente, tanto Jesús Bilbao como Alejando Villoria trabajaron en los planes de desarrollo físico y operacional de lo que más tarde se llamaría el Intevep.

Luego, en 1976, se crea el Intevep juntando el grupo de investigación del Invepet (unas 13 personas) con una parte de los investigadores del CPQ de IVIC (cerca de 80 personas). Desde un punto de vista legal, lo que se hizo fue cambiar el nombre de Invepet por Intevep, y cambiar la jurisdicción de la institución, es decir, de estar adscrita al MMH, el Intevep pasa a ser parte de Petróleos de Venezuela (PDVSA).

Como sede inicial se habían escogido los terrenos (87 hectáreas) de un antiguo seminario jesuita en Villa Pignatelli, en Los Teques, Estado Miranda para así crear el campus del Intevep; que hoy ocupa una extensión cercana a las 700 hectáreas. Luego, en junio de 1979, el Intevep se constituyó como una empresa mercantil, filial de PDVSA. Posteriormente, a la firma estadounidense, William L. Pereira and Associates, se le encargó el desarrollo de un Plan Maestro Preliminar de Desarrollo del Intevep.

De acuerdo a Gustavo Núñez, quien para 1999 se desempeñaba como Gerente de Planificación Estratégica de Intevep, en su artículo (en coautoría con Reinaldo Monque), Visión, planes y realidad: Breve historia de la consolidación de Intevep como centro tecnológico integrado a un negocio (Visión Tecnológica, Edición especial, 1999), el motivo real que impulsó la creación del Intevep fue “un sentido de dependencia tecnológica”:

Sólo la noción de que nadie iba a acometer desarrollos tecnológicos altamente específicos a la base de recursos de la nación venezolana, generó la tensión requerida para que se conjugaran las fuerzas necesarias para crear Intevep como un centro de desarrollo tecnológico corporativo y focalizado.

Intevep: Periodo Azul

Como lo refiere Hebe Vessuri y María V. Canino en el trabajo arriba mencionado, la “creación y consolidación de un centro de investigación petrolera en un país en desarrollo sin tradición científica ni técnica no fue una tarea fácil”, se tuvo que superar un problema cultural venezolano (que también existen en otros países latinoamericanos) de la angustia ontológica, subestimación y duda sobre nuestras propias capacidades. “A pesar de su inserción en el holding petrolero,(..) [al Intevep]: le llevó años y esfuerzo legitimarse en el medio nacional. Investigadores y altos funcionarios gerenciales sostienen que tuvieron que superar la noción dominante que lo hecho en el extranjero es mejor que cualquier cosa producida localmente”.

El Intevep, y profesionales como Gustavo Núñez, Ignacio Layrisse, Hercilio Rivas, Carolina Blanco, Mariela Araujo, Fernando García Golding, y tantos otros, logró probar que los venezolanos sí podemos producir ciencia y tecnología de primer mundo. Por eso a quien escribe le cuesta muchísimo entender la destrucción que sufrió el Intevep por los despidos ordenados (y la posterior eliminación de Pdvsa Bitor, empresa que producía y comercializaba la Orimulsión– una innovación del Intevep que Gustavo Núñez ayudó a producir a escala comercial con una innovación suya sobre la cual hablaremos más adelante) desde el alto gobierno por personas quienes, y es que no cabe otra cosa decir, son de mentalidad pequeña, parroquiales, francamente atrasados y con pésimos mecanismos de toma de decisiones. Ahora, solo nos toca contar la historia exitosa (y también de los fracasos) de la ciencia y la tecnología realizada en el Intevep en el Periodo Azul. Esta es una tarea que debe ser abordada por la historia venezolana de la ciencia y la tecnología. Por lo general, al hablar del Intevep con frecuencia se menciona solo la Orimulsión, pero esta tecnología fue, cierto, la más famosa pero es tan solo una entre muchas otras innovaciones que también merecen ser estudiadas.

El geólogo y doctor en ciencias sociales, Ernesto Fronjosa, un antiguo petrolero de la Creole Petroleum, Corpoven y Pdvsa, y quien, hoy en día, ejerce como profesor de la Universidad Metropolitana, ha formulado una pregunta a la cual la historia venezolana de la ciencia y la tecnología aún le falta por ponderar y responder con detalle y profundidad, su pregunta sirve para ahondar la pregunta que sobre los logros del Intevep hemos formulado al principio.

En el foro virtual del Centro de Orientación en Energía (COENER), el Dr. Fronjosa inquirió: ¿Alguien se ha puesto a pensar en los logros del Intevep que permitieron, en alrededor de cuatro años, prescindir de los contratos de asistencia tecnológica? Posteriormente, en el blog Prodavinci, como parte de un extenso comentario al artículo de Fernando Tonelli, La respuesta al petróleo se encuentra en Austria, el Dr. Fronjosa expresó lo siguiente:

Mención especial merece la investigación. Guardada celosamente en laboratorios en los países de origen de las transnacionales, y que obligó a firmar contratos de asistencia tecnológica [CAT]. La labor del Intevep en este sentido, permitió prescindir [muchos] de dichos contratos en alrededor de 4 años. Entre 1976 y 1999, el Intevep registró alrededor de 900 patentes [*] y generó unos 240 inventos, además de llevar a cabo el desarrollo de importantes proyectos como la tecnología de mejoramiento de crudos pesados (proceso HDH) que le valió el Premio de Ciencias de la UNESCO en 1991 y el desarrollo de la [O]rimulsión, una forma novedosa para la comercialización de crudos difíciles de colocar en los mercados

Si bien es cierto que para 1976 Venezuela estaba preparada para asumir directamente la mayoría de las operaciones diarias de la industria petrolera, después de la nacionalización de la industria, el país carecía de capacidades como para satisfacer las necesidades tecnológicas de la industria en el mediano y largo plazo, por ello, las nuevas empresas operadoras filiales de Pdvsa necesitaban de los CATs para mantener su eficiencia operacional (el geólogo Gustavo Coronel ha estimado que sin los CATs la industria petrolera hubiese bajado la productividad entre 10 y 20%), pero los necesarios CATs eran, a su vez, muy costosos. Se estima que PDVSA pagó, aproximadamente, 350 millones de dólares por año por los primeros contratos durante los años 1976-1979, y, luego, entre 1980 y 1982, este monto se redujo a 158 millones dólares por año.

Por otra parte, los CATs eran contratos que proveían importantes servicios pero no nuevas tecnologías. Quien escribe, ingresó, en 1986, a trabajar en Maraven S.A., y conoció de cerca muchos de los contratos asistencia técnica de Maraven S.A. con Shell Petroleum, y es, parcialmente, testigo de algo que se conoce bien: que entre todas las operadoras (Lagoven y Corpoven), Maraven fue la empresa que, en 1976, recibió el mejor contrato de servicio CAT que incluía, entre otros, personal expatriado de Shell en las operaciones de Maraven y entrenamientos en Holanda – en un ensayo, sobre mi experiencia de vida hice referencia a mi entrenamiento en Shell en Holanda).

Como se puede ver, la creación de una institución como el Intevep era necesaria para reducir los costos de los CATs y proveer con nuevas tecnologías de punta a la industria petrolera –inicialmente, se pensó que el Intevep era solo necesario para que Pdvsa contara con una entidad asesora que pudiera aconsejar sobre los contenidos técnicos de los CATs, las tecnologías desarrolladas por las transnacionales y sobre los otros servicios técnicos ofrecidos empresas consultoras internacionales y de servicio al sector petrolero. En 1984, como lo apunta Fronjosa, el Intevep mostró un gran avance en el desarrollo de su propia tecnología tanto para el mejoramiento de crudos pesados (el proceso HDH) como en la optimización de métodos para el transporte superficial de crudos pesados y extrapesados.

En 1986, a diez años de la fundación del Intevep, bajo la realidad y necesidad de producir nuevas tecnologías para la industria petrolera, Gustavo Núñez ingresa a trabajar en el Intevep y, al poco tiempo, como lo veremos muy pronto, comenzó a producir resultados: publicaciones científicas y nuevas tecnologías que fueron patentadas en los Estados Unidos de América y en Europa.

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NOTAS

(1) NUÑEZ, Gustavo Adolfo (2000). La innovación tecnológica en la industria petrolera, en La ciencia y la tecnología en la construcción del futuro del país, Caracas, Editorial Ministerio de Ciencia y Tecnología.

(2) Ver GARCÍA TAPIA, Nicolás. Patentes de Invención Españolas en El Siglo de Oro. Oficina Española de Patentes y Marcas. Madrid. 1994 y GARCÍA TAPIA, Nicolás. Ciencia y técnica en la España de los Austrias.Una visión desde la perspectiva de las investigaciones actuales, Cuadernos de la Historia Moderna, No 15, 199-209, 1994.

(3) Trabajo originalmente publicado en inglés, VESSURI, H y CANINO, M. V. (1996). Sociocultural Dimensions of Technological Learning, Science Technology & Society,  Vol 1:, n. 2, pp. 333-349. Otro trabajo sobre Intevep y la Orimulsion es BROSSARD, Emma (1993) The Clash of the Giants. Petroleum Research and Venezuela’s INTEVEP, PennWell Boos/INTEVEP, Houston, Texas.

(*) De acuerdo, a Jaime Requena, entre 1976 y 2010, la oficina de patentes de los Estados Unidos de América otorgó 394 patentes a inventores venezolanos, y de ellas 310 son patentes que fueron adjudicadas al Intevep. Decay of Technological Research and Development in Venezuela, Jaime Requena, Interciencia, Mayo 2011, VOL. 36 Nº 5. y, por lo general, cada patente tiene su contraparte en el sistema europeo de patentes.

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SOBRE EL AUTOR: José G. Álvarez Cornett ( @Chegoyo en Twitter )

Miembro de COENER, del grupo “Physics and Mathematics for Biomedical Consortium“, y de la American Physical Society (APS). Representante de los Egresados ante el Consejo de Escuela de Física, Facultad de Ciencias, UCV.

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@ Chegoyo 2015

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5 Responses to "VES-e: Gustavo Núñez Testa (1958-2013) – Músico, científico, innovador, emprendedor, y gerente petrolero. Un gran venezolano"

  1. Miriam Osorio says:

    Qué orgullo de haberlo tenido como amigo! inolvidable, gracias a José Álvarez-Cornett
    (@chegoyo en Twitter)

  2. Andres Beran says:

    Mi hermano el alma. Que nunca se pierda su presencia.

  3. Cesar Ovalles says:

    Excelente y completo trabajo. Muchas gracias Jose.

    Recuerdo mucho a Gustavo. Fue mi compañero de tenis en el Racket Club y compartimos juntos en el grupo de Orimulsion de Intevep por varios años.

    Mis mas sinceros afectos a su familia y que sepan que siempre recordare a Gustavo con gran cariño.

  4. Valentin Romero says:

    Honor a quien honor merece.
    Desde el Colegio Bernardette en Bello Campo, pasando por el Champagnat y la USB.
    Gratos, gratísimos recuerdos que se mantendrán por siempre.
    Mas éxitos donde sea te encuentres junto al Maestro Jeremías.
    Se les quiere un montón !!!!

  5. Kathleen Zagustin says:

    Please note ALL
    Core-annular flow process patient credits in correct
    order as listed in patient # 4753261
    Konstantin Zagustin is first and was doing research
    at INTEVEP

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