Vicente Alonso Fernández (1908-2001), de la aerostación a la computación. PARTE II

PROYECTO VES
José Álvarez-Cornett
(@chegoyo en Twitter)
CARACAS (Chegoyo.com)
26/Diciembre/2023

(Pulsar aquí para ir al principio de este ensayo)

PARTE II

Vicente Alonso: La Retirada y el exilio

 

Coloritmo

La Retirada y una estadía breve Francia, 1939

Las flechas en el mapa muestran varios de los puntos de paso en la frontera entre España y Francia utilizados en enero de 1939 por los refugiados republicanos. El mapa también presenta la ubicación aproximada de los campos provisionales de recpcción de refugiados y los campos finales de internamiento (en amarillo oro) cercanos a la costa. Fuente: Memoria de la Retirada: 1939 Éxodo y exilio (Dirigido por Miquel Dewever-Plana; Barcelona: Editorial Blume, 2022).

Cuando la ciudad de Barcelona cayó ante las fuerzas nacionalistas, Vicente Alonso y su esposa Luisa Garrido Mondejar junto a civiles y militares republicanos cruzaron la frontera hacia Francia. Esta etapa de la historia de la Guerra Civil española se conoce como La Retirada.

La pesquisa no encontró fuentes documentales digitales específicas a la huida de Vicente Alonso y su esposa, por lo tanto sé poco de sus vidas en esta crucial etapa. Para tener alguna imagen de lo que pudo haber ocurrido debemos entonces recurrir a las fuentes históricas conocidas sobre la Retirada del Ejército republicano entre la caída de Barcelona en manos franquistas o nacionalistas el 26 de enero de 1939 y el 10 de febrero de 1939 cuando el Ejército nacionalista logró cerrar todos los puntos de paso en los Pirineos en la frontera entre España y Francia.

La frontera se cierra con la llegada de las tropas franquistas al punto fronterizo de Cerbère el 9 de febrero de 1939. Fuente: Tomado de La Retirada española, la guerra contada a través de la fotografía.

Entre esos 15 días más de 475.000 civiles y soldados solos o con sus familias huyeron de España buscando asilo en el territorio galo. ¿Marchaban Vicente, vestido de paisano y su esposa Luisa con la muchedumbre de agobiados y temerosos paisanos o civiles que huían del avance nacionalista o viajaba Luisa con algunas mujeres y familias de los militares republicanos en retirada junto con su esposo Vicente portando su uniforme de Teniente Coronel de Ejército republicano? ¿O, dado que Vicente Alonso era del Cuerpo de Infantería de Marina, habrán llegado Los Alonso por mar al puerto de Port-Vendres?

Refugiados republicanos llegando a Le Perthus el 28 de enero de 1939. Fuente: Tomado de La Retirada española, la guerra contada a través de la fotografía.

Las preguntas son válidas porque las autoridades francesas sólo abrieron la frontera terrestre para el paso de los militares a partir del 5 de febrero de 1939, mientras que los civiles pudieron entrar desde el 27 de enero de ese año. Los esposos Vicente y Luisa Alonso tuvieron que haber cruzado la frontera hacia Francia entre el 26 de enero y el 10 de febrero de 1939. Hay tres imágenes emblemáticas de la Retirada. Una que muestra la llegada de una oleada de refugiados a Le Perthus el 28 de enero de 1939, otra que presenta la llegada de tropas republicanas al puerto de Port Vendres y aquella que celebra el arribo de los soldados nacionalistas al punto fronterizo de Cerbère el 9 de febrero de 1939.

Tropas republicanas que huyeron de Barcelona en barcos  guardacostas desde el 29 de enero de 1939 arriban al muelle de Port Vendres. Fuente: Le Jounal Catalan.

De la vida de Vicente Alonso en el país galo debemos algunos datos a la pluma de la pintora valenciana Amparo Segarra (1915-2007), en Nuevas raíces; La guerra civil ha terminadoAmparo Segarra era la esposa del Capitán de Infantería (Tierra) del Estado Mayor del Ejército Miguel Anglada Romeu quien junto con su tropa había cruzado la frontera hacia Francia y se encontraba retenido en un campo de concentración para refugiados republicanos.

Amparo Segarra se había quedado en Barcelona sola con su hijo. La capital catalana ya estaba bajo control de los nacionalistas. Siendo ella la esposa de un militar republicano tenía ahora muchas dificultades para vivir en esa ciudad. Entonces, decidió pedir un salvoconducto para emigrar. Hacia el 8 de julio de 1939 Amparo y su hijo iniciaron el viaje hacia la frontera francesa.

Amparo Segarra (Valencia 1915 – Madrid 2007).

Después de una travesía harto difícil hasta la frontera francesa y lograr cruzarla, Amparo y su hijo  llegaron al pueblo de Perpiñán. Allí, de la oficina del Servicio de Evacuación de Refugiados Españoles (SERE) la enviaron a un pueblo en los Pirineos Orientales llamado Vernet les Bains en “donde el Gobierno Republicano tenía alquilados tres grandes y hermosos hoteles llenos de españoles refugiados, la mayoría mutilados de guerra, excombatientes y militares profesionales”.

En el texto referido Amparo Segarra continúa narrando su historia:

Me dirigí con el papelito de ingreso al hotel que me correspondía. Me dieron una habitación bastante decente y amplia, con baño y dos camas. …Los hoteles estaban administrados por otros refugiados y los cocineros se turnaban en la cocina. Para la limpieza del hotel, las mujeres teníamos asignadas partes del mismo: pasillos, escaleras y servicios comunes, …Durante mi estancia en Vernet les Bains, volví a ver a amigos que también residían allí. Eran todos militares y, con el subsidio que les pasaba el Gobierno Republicano, vivían aparte en casas muy modestas. Allí estaban Vicente Alonso, oficial del ejército, y Luisa, su mujer. 

Entre los militares que vivían en Vernet les Bains estaban D. Aurelio Matilla con su mujer y sus dos hijos; Aurelio, coronel de estado mayor y Alfredo, abogado, también con su mujer, con un niño de la misma edad del mío [2 años y medio]. Tanto a Vicente Alonso y Luisa como a la familia de Matilla, los volvimos a ver tiempo más tarde en la República Dominicana, donde murió D. Aurelio. …El coronel Fernández -o Hernández- y su mujer vivían en Vernet en una casa con mucho jardín, algo separado del pueblo. …Este coronel fue uno de los que con Vicente Alonso hicieron todas las gestiones necesarias para sacar a mi marido del campo [de concentración Le Barcarès] y llevarlo a Vernet les Bains.…

 

Vernet les Bains. Fuente: Wikipedia

Poster promocional de Vernet Les Bains: “Paraíso de los Pirineos” (hacia 1910) por Louis Trinquier-Trianon (1853-1922).

Allí estuvimos haciendo una vida más o menos normal, hasta que los alemanes declararon la guerra, y se inició una verdadera actitud agresiva contra nosotros por parte de algunos franceses del pueblo…. Con el inicio de la guerra en Francia, y en vista de nuestra desagradable situación, aumentada por el conflicto bélico europeo, empezamos a pensar en irnos a América.

Dejamos la colonia de Vernet les Bains y nos fuimos a París…

Desde el puerto de Burdeos viajaron a la República Dominicana a donde llegaron el 20 de diciembre de 1939 y tomaron residencia en la calle Presidente Henriquez, San Pedro de Macorís. En la capital de República Dominicana el capitán Miguel Anglada Romeu ejerció como profesor de matemáticas en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, publicó el libro Ecuaciones Diferenciales y llegó a ser Decano de la Facultad de Ciencias (1972-1976), una institución que fue creada en 1966.

Vicente Alonso y su esposa también emigraron a la República Dominicana, llegaron a la isla Quisqueya a bordo del barco Cuba el 11 de enero de 1940. 

El paquebote Cuba de la compañía de navegación francesa Compagnie Générale Transatlantique.

Amparo Segarra, su esposo Miguel Anglada e hijo y los esposos Alonso fueron todos muy sabios en irse de Vernet les Bains cuando la guerra llegó a Francia. De haberse quedado quizás hubiesen corrido la misma suerte de aquellos ocho militares españoles exiliados, jefes y oficiales del Ejército Popular republicano que residían en el pequeño Hotel Alexandra. 

El 8 de diciembre de 1943, la Gestapo los detuvo a todos por considerarlos miembros de la resistencia.  Posteriormente fueron enviados al campo de concentración Dachau en donde perecieron. En el libro Los Ocho de Vernet (Madrid: Ministerio de la Defensa, 2022) se cuenta esta trágica historia; en la Revista Ejército n.º 974, junio 2022, pp. 94-99 se publicó un extracto del libro.

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Los Alonso en la República Dominicana (1940-1945)

SANTO DOMINGO, 1940. Mural de Mapa de la República Dominicana en pared. Ciudad Trujillo, República Dominicana. Fuente: AGN / Conrado.

Desde 1930 y hasta 1961 la República Dominicana estuvo gobernada por el dictador general Rafael Leónidas Trujillo (1891-1961). En 1936 la antigua ciudad de Santo Domingo, la capital de esta isla caribeña, mediante un acto legislativo pasó a ser llamada Ciudad Trujillo; después de la muerte de Trujillo en 1961, el nombre de la capital se revirtió al original: Santo Domingo.

El dictador Trujillo estaba muy interesado en traer inmigrantes, principalmente mano de obra blanca europea, para desarrollar colonias agrícolas. Con la fundación en 1938 de la colonia de Sosúa con refugiados judíos que llegaron de Alemania y otros países centroeuropeos se inició una política de “puertas abiertas” para traer a 2 millones de inmigrantes a la República Dominicana.

Según John P. Augelli, en La Colonización Agrícola en la República Dominicana (1963), la «motivación más antigua y más persistente para el establecimiento de las colonias, viene del miedo tradicional a la población creciente de Haití y a la necesidad de defender las fronteras poco pobladas contra la infiltración haitiana». Había otra motivación para traer inmigrantes, ayudar a Estados Unidos y los países europeos a resolver el problema de los refugiados en Europa a cambio de obtener el reconocimiento internacional para la dictadura.

En realidad, la cantidad de inmigrantes que llegó a la República Dominicana fue menor a lo esperado. Para 1959 sólo había 67 colonias agrícolas tanto de nacionales (es decir, constituídas sólo por dominicanos), como de extranjeros (españoles, húngaros y japoneses) y algunas mixtas (dominicanos y extranjeros). Según Augelli, para finales de 1958 en República Dominicana residían «más de 1.200 españoles, 103 húngaros, 1.183 japoneses y algunos de los hebreos que quedaban todavía en la colonia de Sosúa». Naturalmente, muchas de estas colonias estaban en la frontera con Haití.

Las familias republicanas que estaban exiliadas en Francia desde 1939, claramente, constituían una fuente potencial de inmigrantes. Los puertos dominicanos recibieron a siete barcos con expediciones colectivas de refugiados que sumaron 3.132 españoles¹. 

A saber, el Flandre, que salió de Saint-Nazaire el 25 de octubre de 1939 con 273 refugiados, y llegó a Santo Domingo el 7 de noviembre de 1939; «el Saint Domingue, con 140 exiliados, que llegó el 10 de noviembre de 1939 a Puerto Plata; De la Salle, con 771 exiliados, que llegó el 19 de diciembre de 1939, a Santo Domingo; Cuba, con 457 exiliados, que llegó el 11 de enero de 1940, a Santo Domingo; De la Salle, con 900 exiliados, que llegó el 27 de febrero de 1940 a Puerto Plata; Cuba, con 120 exiliados, que llegó el 21 de abril de 1940 a Puerto Plata; y De la Salle, con 471 exiliados, que llegó el 15 de mayo de 1940, a Puerto Plata»².

La cifra total de refugiados españoles fue algo mayor que 3.132 porque algunos españoles llegaron antes de noviembre de 1939 en pequeños grupos por rutas marinas menos directas.

Mapa de la República Dominicana

Vicente Alonso Férnandez y su esposa Luisa Garrido Mondejar llegaron a Santo Domingo abordo del vapor Cuba el 11 de enero de 1940 junto con otros 455 refugiados españoles entre los que se encontraban tres reconocidos arquitectos, Tomás Auñón Martínez (1909-1992), de El Ballestero, Albacete, Castilla-La Mancha, Óscar Coll Alas (1909-1967), catalán y Joaquín Ortiz García (1899-1983), vallisoletano. Ortiz residió en la República Dominicana hasta 1945 año en que emigró a Venezuela en donde ejerció su profesión de arquitecto hasta 1977 cuando se residenció en Ribadesella, Asturias.

Naranjo Orovio y Puig-Samper en De isla en isla (véase Nota 1) refieren la forma cómo fueron tratados los refugiados españoles a su arribo a República Dominicana: «inmediatamente fueron sometidos a interrogatorios por las autoridades. Trasladados a las colonias agrícolas, sus relatos mencionan sin apenas variaciones las penalidades que sufrieron durante la adaptación al nuevo medio y al trabajo agrícola, para el que no estaban preparados, así como las diversas enfermedades que padecieron, que también han quedado reflejadas en altas tasas de hospitalización, y la carencia de subvenciones procedentes de la Comisión de Ayuda a los Refugiados Españoles,… Esta situación trató de ser paliada primero por el SERE [Servicio de Evacuación de los Refugiados Españoles] y después por la JARE [Junta de Ayuda a los Republicanos Españoles]. Así, tras finalizar las prestaciones del SERE, en agosto de 1940, la JARE instaló una Delegación en Ciudad Trujillo en diciembre de ese año, que contó con 1.470 pesos mensuales para atender a diversos gastos de los exiliados …Pocos años después, en 1943, la JARE dejó de enviar asistencia a los refugiados en este país».

Refiere Natalia González Tejera en Las colonias de refugiados españoles en la República Dominicana, 1939-1941 (véase Nota 1.i) que la mayoría de los refugiados españoles que llegaron en el vapor Cuba fueron trasladados

«al interior del país, esta vez hacia la zona norte, específicamente a la Vega, Jarabacoa, Santiago y otras poblaciones.

En el caso de los refugiados del Cuba y con el resto de los embarques que llegaron con exiliados posteriormente, el gobierno dominicano impone nuevas exigencias para la recepción, al entrar en vigencia de la ley 95 de migración donde se le exige a la compañía trasatlántica el pago de seis dólares por cada adulto y niño llegado, en adición a los 50 dólares de depósito por cada inmigrante embarcado por el SERE, para cubrir sus primeros gastos en el país. Con este importe se suponía asegurar que los inmigrantes tuvieran posibilidades de mantenerse en las colonias los primeros meses».

¿Cuál fue el destino inmediato de Vicente Alonso y su esposa Luisa Garrido al llegar a la isla Quisqueya?

La investigación digital realizada no encontró esta información. Tan solo puedo decir que en marzo de 1941 la pareja residía en San Pedro de Macorís en la calle Sanchez #27. Vicente Alonso estaba empleado en esa ciudad como administrador de una finca mientras que su esposa Luisa trabajaba como enfermera.

Hacia abril de 1942 o antes, los esposos Vicente y Luisa se mudaron a la capital, Ciudad Trujillo en donde Vicente se desempeñó como profesor de matemáticas (trigonometría y análisis matemático) en la Academia de Estudios Superiores ubicada en la calle Mercedes #2 (no se encontró otras referencias de esta institución).

Solicitud de renovación del permiso de residencia de Vicente Alonso del 24 de diciembre de 1942.

Para diciembre de 1942 la pareja vivía en la calle Cambronal #1; el 31 de enero de 1944 en la calle Cambronal #8, tercer piso; y para diciembre de 1944 en la calle Arzobispo Portes #145.

El 12 de mayo de 1945, a las tres de la tarde, en la Clínica Abreu en la calle Beller, esquina Avenida Independencia nació su único hijo José Luis Alonso Garrido. Pocos meses después, en septiembre de 1945 toda la familia emigró hacia una tierra de gracia llamada Venezuela y, aquí, se hicieron venezolanos.

El bebé José Luis creció y se hizo adolescente en Caracas, estudió la primaria y secundaria en el Colegio San Ignacio de Loyola y, luego, realizó sus estudios de Ingeniería en la Universidad Central de Venezuela. En 1967 egresó como Ingeniero Civil (Opción: Estructuras). En julio de 1968 se casó con Marianella J. Orá Elías y seguidamente viajó a Estados Unidos. En California, en la Universidad de California, Berkeley hizo una especialización en Ingeniería (Master of Science in Engineering, 1970).

Ingeniero José Luis Alonso Garrido.

Tiempo después, ya de regreso en el país, José Luis Alonso ejerció como profesor del Departamento de Estructuras, Facultad de Ingeniería Civil (UCV). Asimismo, en el ejercicio libre de la profesión trabajó en proyectos para varias empresas, entre ellas, el Metro de Caracas. El ingeniero Alonso es también el autor del libro Vulnerabilidad Sísmica de Edificaciones (Caracas: PAG Marketing Soluciones, 2014).

Vicente Alonso también participó en actividades culturales en Ciudad Trujillo. Escribió cinco artículos en la Revista Militar, entre ellos, Consideraciones sobre las tropas del aire (mayo-junio-julio, 1941, N.° 63-64-65) y en el Centro Democrático Español dictó una conferencia titulada Papel militar de la Unión Soviética en la victoria de las Naciones Unidas.

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En Venezuela y en la UCV (1945-2001)

Seguros y Toros

Como ya se refirió en septiembre de 1945 la Familia Alonso emigró a Venezuela.  Vicente Alonso tuvo que adaptarse a su nuevo país de acogida y en los primeros años en tierra de gracia, según nos contó su hijo José Luis por email, fue agente de seguros y organizador de corridas de toros. 

Cuando la pareja de novilleros Litri y Aparicio eclipsó a las corridas de toros. Fuente: ABC

No se encontraron trazas digitales sobre su trabajo como agente de seguros. En libro de Carlos Salas, Los Toros en Venezuela (Caracas: EDIME, 1958: 298) se menciona a Vicente Alonso como organizador en 1951 de la temporada taurina de «Litri-Aparicio-Calerito en Maracay (Empresa: doctor Carlos Siso Maury)», es decir, de los toreros Miguel Báez Espuny «Litri» (1930-2022), Julio Aparicio Martínez (1931-) y Manuel Calero «Calerito» (1927-1960).

En la «casa que vence la sombra»

Ciudad Universitaria (UCV), años cincuenta.

Poco tiempo después, Vicente Alonso ingresó como profesor en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Central de Venezuela (UCV). No se pudo dilucidar el año exacto de su vinculación con esta casa de estudios, la fecha más temprana fue encontrada en una Gaceta Oficial donde se informa el nombramiento de Alonso —su nombre figura como Vicente Alonzo— como profesor de Topografía I a partir del 29 de octubre de 1953.

En la Gaceta Oficial del 29 de octubre de 1953 (Año LXXXII, No. 24.278) aparece el nombramiento de Vicente Alonso como profesor de Topografía I.

Además de dictar las clases de Topografía, Vicente Alonso fue al mismo tiempo uno de los profesores de la Cátedra de Matemáticas Complementarias de la Facultad de Ingeniería. Esta información figura en la publicación Anales de la Universidad Central de Venezuela (1954; Vol 36-39; p. 113 y 122) en donde su nombre aparece junto a otros profesores de esta Cátedra:  H. Castillo Pinto, Raimundo Chela y Ángel Palacio Gros (vide infra).

El profesor Vicente Alonso también estuvo vinculado a la Escuela de Geografía. En la Historia de la Escuela de Geografía de la Universidad Central de Venezuela de José M. Guevara Díaz se señala que Vicente Alonso estuvo a cargo de la Cátedra de Matemáticas en la Escuela de Geografía de la Facultad de Humanidades y Educación.

Tomado de Historia de la Escuela de Geografía de la Universidad Central de Venezuela, p. 76. Nótese el error, debería decir “Matemáticas II. Vicente Alonso”.

Hacia el año 1956 en la Escuela de Ciencias de la Facultad de Ingeniería (UCV) se implementaron unos cambios. Los tres Departamentos de Biología, Química y Física y Matemáticas comenzaron a llamarse Escuelas de un Núcleo de Ciencias el cual en 1958 se va separar de la Facultad de Ingeniería para formar la Facultad de Ciencias.  Para 1957 el equipo de profesores de la Escuela de Física y Matemáticas (Fac. de Ingeniería) estaba formado por Vicente Alonso, Manuel Bemporad, Raimundo Chela, Juan Gschwendtner, Juan Lorenzo Bravo, Ángel Palacio Gros, Reclus Roca Vila, Danil Toradse y Anatol Zagustin.

En 1958 se creó la Facultad de Ciencias. En el año lectivo 1959-1960, la Escuela de Física y Matemáticas estaba dividida en dos Departamentos: Física y Matemáticas. El jefe del Departamento de Matemáticas era el matemático Ángel Palacio Gros y el equipode profesores del departamento estaba formado por:  Aldanondo, Inocencio; Alonso, Vicente; Ancochea, Germán; Balanzat Manuel; Bayón, Rafael; Bencomo, Vincente; Camacho, Arturo; Dedecker, Paul; Domingo, Carlos; Lorenzo Bravo, Juan; Neumann Víctor; Rodríguez Gil, Fernán; Varsavsky, Oscar; Velasco, Federico; y Vigil, Luis. Con Carlos Domingo, Fernán (Fernando) Rodríguez Gil, Vicente Alonso y Oscar Varsavsky se estaban sembrando las semillas de los estudios en computación en la Universidad Central de Venezuela

De los profesores antes mencionados sólo conocí al matemático isleño Juan Lorenzo Bravo (1923-2012) quien en 1975 fue mi profesor en la asignatura Matemáticas III de la Licenciatura en Física.  Tengo grandes y buenos recuerdos del profesor Bravo; el estudio biográfico de su vida está en progreso.

Mi amigo el ingeniero electricista José Manuel Martínez Cabrero recuerda que en el año lectivo 1959-1960 el profesor Alonso enseñó Geometría analítica a los estudiantes del primer año de la carrera de Ingeniería.

Ángel Palacio Gros (1913-1990)

Vale la pena decir unas palabras sobre el profesor Ángel Palacio Gros quien tuvo, además del vínculo matemático, otro factor en común con Vicente Alonso: su participación en la Guerra Civil española y, en especial, en la Batalla de Teruel.

En el ensayo de PROYECTO VES «Ángel Palacio Gros: matemático, soldado y profesor ucevista» se revisó la trayectoria vital de este inmigrante español nacionalizado venezolano. En 1948 ingresó como profesor de Matemáticas a tiempo convencional en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (UCV), es decir, en lo que hoy conocemos como Facultad de Ingeniería, en donde se desempeñó como profesor de Geometría analítica y Análisis matemático.

En 1949 aumentó la dedicación a tiempo completo y tiempo después fue nombrado jefe del Departamento de Matemáticas, Facultad de Ingeniería. Más tarde, en 1958, una vez formada la Facultad de Ciencias (UCV), Ángel Palacio Gros fue designado como el primer jefe del Departamento de Matemáticas de la Escuela de Física y Matemáticas (EDFM) que estaba entonces dirigida por el físico argentino Manuel Bemporad Pradellia (1923-2007).

El Prof. Ángel Palacio Gros

Ángel Palacio Gros se graduó como Licenciado en Ciencias Exactas —esto es, en Matemáticas—, especializado en Geometría proyectiva, en la Universidad de Madrid (antiguamente conocida como Universidad Central y hoy llamada Universidad Complutense de Madrid).

Durante la Guerra Civil Palacio Gros peleó del lado republicano. Formó parte de las Milicias comunistas que integraron el Ejército Popular de la República (EPR). Escaló posiciones en el EPR alcanzando la jefatura del Estado Mayor de la 46ª División, comandada por Valentín González alias El Campesino (1904-1983).  A principios de 1938 el Ministerio de Defensa Nacional sintió la necesidad de integrar formalmente a las milicias (algunas comunistas, otras anarquistas) en el EPR. El 21 de febrero de 1938 Ángel Palacio Gros es incorporado al EPR como Capitán del Cuerpo de Ingenieros con antigüedad al 10 de febrero de 1937.

Durante la retirada republicana de la Batalla de Teruel — que como ya se dijo fue una lucha armada que duró desde el 15 de diciembre de 1937 hasta el 22 de febrero de 1938—, la 46ª División se abrió paso con bombas de mano para cruzar a nado el río Turia bajo el intenso frío turolense. Aunque muchos soldados lograron escapar al lado republicano, otros murieron en el intento y más de mil cayeron prisioneros, entre ellos, el capitán Ángel Palacio Gros quien fue procesado por el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo y condenado a muerte.

Palacio Gros se encontraba preso en la Prisión Central de Burgos cuando por intermediación del gobierno venezolano, que entonces estaba conducido el partido Acción Democrática (AD) (1945-1948), y, en particular, gracias a las diligencias del galeno venezolano Simón Gómez Malaret (1909-1976), Médico por la Universidad de Valencia (1933) y Doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad de Madrid (1936), y para la época (1947) Vicepresidente del Senado de los Estados Unidos de Venezuela, se logró que el general Francisco Franco lo liberara.

En 1947 Palacio Gros salió de prisión y viajó hacia la frontera con Portugal en donde se unió a otros refugiados que esperaban un permiso de salida del gobierno portugués para iniciar su exilio en Venezuela. En el interín escribió la siguiente nota:

Tomado de Forja y crisol: la Universidad Central, Venezuela y los exiliados de la Guerra Civil española: 1936-1958 de Juan José Martín Frechilla (CDCH-UCV, 2006: 11).

Colegio San Ignacio de Loyola: Profesor de Matemáticas 

Colegio San Ignacio de Loyola de Caracas en los años cincuenta.

El Colegio San Ignacio de Loyola de Caracas es una institución educativa jesuita fundada en 1923 en la Esquina de Jesuitas en el centro de la ciudad capital. Entre los años 1953 y 1954 se trasladó a su sede actual en la urbanización San Marino en Chacao en un área de quince hectáreas de terreno plano, vecino a las canchas de golf del Country Club.  Entre los años 1946 y 1960 el Colegio San Ignacio estuvo dirigido por 3 Rectores: P. Jenaro Aguirre s.j. 1946-1951; P. José María Salaverría s.j. 1951-1956; y P. Jenaro Aguirre s.j. 1956-1960. Para los años cincuenta la institución contaba con 1.425 alumnos.

Vicente Alonso fue un amigo de los jesuitas y su hijo José Luis estudió la primaria y secundaria en este centro educativo jesuita que estaba cercano a la residencia familiar de Los Alonso en la urbanización La Castellana.

Hacia finales de los años cincuenta o principios de los sesenta, el profesor Alonso dictó clases ad-honorem de Matemáticas en el Colegio San Ignacio en donde, además de su hijo, tuvo como estudiantes, entre otros, a los hoy ingenieros electricistas Gustavo González Urdaneta y Víctor Poleo y al físico Delfín Moronta (amigo, colega y mi profesor en 1980 de la asignatura Historia de la Física). También daba clases particulares de Matemáticas (trigonometría, plana y esférica; logaritmos; derivadas e integrales) a varios estudiantes.

Aparentemente Vicente Alonso llega enseñar en el San Ignacio porque el profesor Ángel Urmeneta que regularmente estaba a cargo de la enseñanza de Matemáticas en el Colegio San Ignacio renunció o se enfermó y, entonces, el profesor Alonso hizo la suplencia.  El escritor Federico Vega en su libro Los peores de la clase (Caracas: Lugar Común, Cooperativa Editorial, 201: 38) dejó la siguiente impresión sobre Urmeneta: «El profesor Urmeneta había botado de clase a más de medio salón; unos por bostezar, otros por golpear el sacapuntas contra el pupitre, cruzar las piernas o tener la franela afuera. Había sacado incluso a Paúl, el mejor de la clase, por hacer ruido con la hebilla del bulto».

La mayoría de los estudiantes del San Ignacio quedaron encantados con el cambio de instructor de Matemáticas porque el profesor Urmeneta al parecer era una persona con un carácter muy fuerte o duro mientras que el profesor Alonso fue percibido por los estudiantes como alguien más humano con quien se podía conversar y sus clases gustaban.

Estudiantes de 5to año del Colegio San Ignacio (Promoción 1961). Entre otros, contados desde la izquierda, se distinguen Gregorio Ugarte (3ro primera fila); Gustavo González Urdaneta (1ro segunda fila); Delfin Moronta (5to segunda fila), Víctor Poleo (2do tercera fila), José Luis Alonso (4to quinta fila), y Víctor Márquez (5t0 quinta fila).

Enfermedad: Cáncer de la laringe

Hacia 1960 al profesor Vicente Alonso le diagnosticaron un cáncer en la garganta. Fue sometido a una laringectomía lo que significó la pérdida total de la laringe y las cuerdas vocales. Un terrible percance para una persona que necesitaba de su voz para dar clases de matemáticas. Pero esta infortunada dolencia no lo desanimó, aprendió a hablar con voz esofágica y por un tiempo continuó dando clase. El ingeniero electricista José Manuel Martínez Cabrero recuerda que cuando el profesor Alonso le enseñó Geometría analítica en la UCV «tenía que usar un amplificador para poder darnos clase».

La condición de su salud hizo más conveniente trabajar en algún cargo universitario en donde no fuese necesario dar clases frecuentemente. La entrada de la computación en la UCV llegó justo en el momento preciso. En la siguiente sección se destaca el interés del profesor Alonso por el procesamiento automatizado de datos desde que esta tecnología llegó al país. Desde 1960 hasta su jubilación en 1975 las actividades del profesor Vicente Alonso en la UCV estuvieron más relacionadas con el área de la computación.

Vicente Alonso, ca. 1966.


Vicente Alonso y la Computación en la UCV

Edificio de Física. Antigua sede de los Departamentos de Física y de Cálculo Numérico de la Escuela de Fisica y Matemáticas, UCV. Hoy en día, el edificio es la sede del Departamento de Física Aplicada, Facultad de Ingeniería, UCV).

En La Computación en Venezuela: Evolución de la actividad docente y de investigación en la UCV, José Francisco Reyes y Judith Sutz (1984) nos recuerdan que Venezuela fue el país de América Latina que incorporó más tempranamente la tecnología computacional. Todo comenzó —dicen— hacia 1953 cuando la empresa Creole Petroleum Corporation instaló el primer equipo de procesamiento automático de datos.

Aunque, claro, como en toda historia los inicios de la computación en el país tienen sus antecedentes. En Caracas desde 1938 la empresa Compañía Anónima Watson de Máquinas Comerciales, filial venezolana de IBM que en 1947 pasó a llamarse IBM de Venezuela, comercializaba máquinas tabuladoras y otras procesadoras de cheques como el sistema IBM 801 Bank Proof. Estos sistemas utilizaban Equipos de Registro Unitario de IBM para procesar datos contables a base de tarjetas perforadas. La demanda de tarjetas llevó a IBM en 1947 a instalar en Caracas una planta de tarjetas perforadas para servir mejor a sus clientes. Diez años después, en 1957 IBM trajo la máquina IBM 650 y con ella estableció el primer Centro de Datos Electrónicos de Venezuela.

Foto del camión que trajo a Caracas la computadora IBM 610.

Desde un principio Vicente Alonso se interesó por la aplicación de las computadoras. Poco tiempo después de la creación de la Facultad de Ciencias, en la Escuela de Física y Matemáticas se gestó la idea de crear un departamento para explorar el uso y las aplicaciones de las computadoras. Para apoyar esta iniciativa, el Director de la Escuela de Física y Matemáticas, el físico argentino Manuel Bemporad Pradellia (1923-2007), en 1959 trajo de Argentina a Oscar Varsavsky (1920-1976), doctor en Química por la Universidad de Buenos Aires y especialista en el desarrollo de modelos matemáticos aplicados a las ciencias sociales, y, en 1960, al físico Carlos Domingo (1926-2022) y en 1959 en Venezuela contrata a dedicación parcial al ingeniero costarricense Fernán Rodríguez Gil (1927-2006) (que en octubre de 1960 pasó a trabajar a medio tiempo).

Oscar Varsavsky estuvo en la Escuela de Física y Matemáticas entre 1959 y 1962. Se regresó a Argentina, pero luego en 1966 vino otra vez al país, esta vez para trabajar en el modelado matemático de sociedades en el Centro de Estudios de Desarrollo (CENDES) de la UCV hasta 1968 cuando se regresa de nuevo a Argentina y funda allá el Centro de Planificación Matemática.

El físico argentino Carlos Domingo entre 1957 y 1960 fue el Director del Reactor Nuclear RA-1 de Comisión de Energía Atómica (CEA) de Argentina y entre 1955-1957 trabajó para CEA como Investigador en Física de Reactores. En la UCV se desempeñó primero como profesor de Física y Programación en la Escuela de Física y Matemáticas (1960-1962) y luego como profesor de Matemáticas y Programación (1962-1974) y como jefe del Departamento de Cálculo Numérico en la Escuela de Física y Matemáticas (1961-1967). Posteriormente se trasladó a Mérida a la Universidad de Los Andes en donde trabajó desde 1975 hasta su jubilación adscrito al Instituto de Estadística Aplicada y Computación (IEAC).

Por esos tiempos, Fernán Rodríguez Gil era considerado un notable entusiasta de las computadoras. Vino a Venezuela en 1948 expulsado de su país por el triufante Movimiento de Liberación Nacional en la llamada «Guerra Civil de Costa Rica de 1948». En ese año, Rodríguez Gil era un estudiante de Ingeniería en la Universidad de Costa Rica (véase, “Se trata de una dictadura sui generis”. La Universidad de Costa Rica y la Guerra Civil de 1948, 2012). Aquí, continuó sus estudios en Ingeniería, graduándose en la UCV como Ingeniero Civil. Posteriormente asistió a cursos de postgrado en Análisis Numérico en la Universidad de Michigan. Rodríguez Gil trabajaba en el Ministerio de Minas e Hidrocarburos (MMH) con una máquina IBM 650 que el MMH operaba desde 1959 y llegó a ser Jefe del Departamento de Computación de ese Ministerio.

Entre 1957 y 1960 la UCV no contaba con una computadora propia, por tanto los profesores interesados en la computación utilizaban una máquina prestada (posiblemente la IBM 650 del Centro de Datos Electrónicos de Venezuela o quizás también la IBM 650 del MMH).

En Primeros tiempos de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Venezuela (2008), la profesora Helga Lindorf explica que:

«En aquellos años se realizaron varios trabajos de cálculo gracias al préstamo de una máquina IBM 650 durante una hora semanal. Se efectuaban muchos cálculos para la construcción de edificios y se promovía el uso del computador dentro y fuera de la Universidad, mediante asesoramientos, elaboración de programas para usuarios y dictado de cursos libres. Entre los problemas resueltos pueden destacarse: solución de ecuación integral en problema de difusión de partículas, para la Escuela de Física y Matemáticas; inversión de matrices, para el Instituto Agronómico de Rio Grande do Sul, Brasil; procesamiento de datos referentes a mareas, para el Observatorio Cajigal».  

El grupo de entusiastas de la computación Vicente Alonso, Carlos Domingo, Oscar Varsavsky y Fernán Rodríguez Gil se conformaban con usar una máquina por horas. La investigación no encontró trazas digitales de las actividades concretas de Vicente Alonso en computación durante este periodo. Pero creo que es posible imaginarlo participando en «muchos cálculos para la construcción de edificios» y promoviendo «el uso del computador dentro y fuera de la Universidad, mediante asesoramientos, elaboración de programas para usuarios y dictado de cursos libres».

Según la profesora Lindorf fue Fernán Rodríguez Gil quien impulsó la idea de que la Escuela de Física y Matemáticas alquilara una computadora IBM 1620 (anunciada como un nuevo producto de IBM el 21 de octubre de 1959). La IBM 1620 era una máquina transistorizada mientras que la tecnología de la IBM 650 era de tubos de vacío. José Francisco Reyes y Judith Sutz destacan que las «negociaciones fueron hechas durante 1959, y en 1960 estaba instalado el equipo, en torno al cual se creó el Departamento de Cálculo Numérico».

Finalmente, el 13 de marzo de 1961, durante el tercer aniversario de la fundación de la Facultad de Ciencias (UCV), el Departamento de Cálculo Numérico y Sistematización de Datos de la Escuela de Física y Matemáticas fue formalmente inaugurado. Más abajo se presentan tres momentos de la inauguración formal del Departamento.

Para 1963 la Escuela de Física y Matemáticas contaba con tres departamentos: Física, Matemáticas y Cálculo Numérico. En este último departamento estaban adscritos tres profesores que antes estaban en el Dept. de Matemáticas, el profesor de escalafón Vicente Alonso y los profesores contratados Carlos Domingo y Fernán Rodríguez Gil, y tres nuevos profesores Jaime Barcón, Luis Báez Duarte y Vilis Vitols.

De izquierda a derecha. El rector de la UCV Francisco de Venanzi, el entonces estudiante de Física Luis Peralta Millán (estudiado por PROYECTO VES), Hilda Velarde (la Reina de la Facultad de Ciencias), Ismael Puerta Flores, el vicerector Jesús María Bianco, una persona no reconocida y el director de la Escuela de Física y Matemáticas Manuel Bemporad. Fuente: Archivo Carlos Herrera, 1961.

De izquierda a derecha. De pie: El entonces estudiante de Física Prof. Luis Ye Chang, el rector de la UCV Dr. Francisco de Venanzi, una persona no reconocida e Hilda Velarde. Sentado: el físico argentino-venezolano, profesor Carlos Domingo. Fuente: Archivo Carlos Herrera, 1961

De izquierda a derecha. De pie: El profesor Carlos Domingo, el profesor Alonso Gamero, el director de la Escuela de Física y Matemáticas Manuel Bemporad, los entonces estudiantes de Física Prof. Luis Ye Chang y Luis Peralta Millán, una persona no reconocida e Hilda Velarde. Sentado: el rector de la UCV Dr. Francisco de Venanzi. Fuente: Archivo Carlos Herrera, 1961

El profesor ingeniero Eduardo Antonio Arnal Mosquera (1917-2008), en una entrevista que le hicieron en 2006 para el libro Historia de la ingeniería estructural en Venezuela (Vol. 1, 2016), revela que:

«Fue en la Facultad de Ciencias cuando dependía de la Facultad de Ingeniería, en los años en que yo era Decano, [que] se logró un acuerdo con IBM para tener una IBM 1620. Los programas se cargaban físicamente mediante unas gavetas, según el programa fuera Fortran, Cobol u otro. Luego se llegó a la conclusión que la Facultad [de Ingeniería] necesitaba su propio computador y se compró una Burroughs 5500, la cual usaba lectora de tarjetas y cintas. En torno a esa máquina se agruparon los entusiastas ya mencionados así como el profesor Vicente Alonso Fernández y Anatole [sic] Zagustin, que sabía muchísimo de cálculo numérico [estos entusiastas al parecer fueron los ingenieros Celso Fortoul, Joaquín Marín, Redescal Uzcátegui, José Luis Salgado, Simón Lamar y él mismo; en la entrevista Arnal también recuerda a Carlos Domingo como un pionero de la computación en el país]».

En PROYECTO VES se estudió la vida del ingeniero civil ruso Prof. Anatol Zagustin Berezina.

Una historia zuliana de la Computación

Contaré ahora lo que sucedía por estos mismos tiempos en Maracaibo para contrarrestar el centralismo en la historia tecnológica venezolana reflejado en el dicho popular «Caracas es Caracas, y lo demás es monte y culebra». Aunque, cierto, no es parte de la historia de Vicente Alonso, si lo es de la historia temprana de la computación y de la inmigración española en Venezuela y, en especial, de la vida del profesor navarro Alberto Sáez (Pamplona, Navarra, España 1922- Caracas 2004), un personaje de la historia de la ciencia venezolana, que también se estudió en PROYECTO VES, amante de la óptica y de las cosas del mar.

El Profesor Alberto Sáez haciendo mantenimiento a su Sunfish en el Club Puerto Azul. Fuente:Archivo de María Eugenia Sáez. Después de 1963.

El Profesor de Física de la Universidad del Zulia, Alberto Sáez (izquierda) junto con el espectroscopista español Miguel Catalán Sañudo (1894-1957) (derecha) durante la visita que este hizo a Maracaibo en 1956 después de haber dictado varias conferencias en Caracas. Fuente: Foto cortesía de Marieugenia Mayer, hija del Prof. Sáez.

Durante su estancia marabina como profesor de Física en la Universidad del Zulia (1953-1961) Alberto Sáez dirigió sus esfuerzos hacia la computación. (En mi opinión Sáez se sentía frustrado por no haber podido crear un Centro de Investigaciones Oceanográficas en esa casa de estudios y dirigió sus esfuerzos hacia el cálculo numérico; el centro, el Instituto Oceanográfico, se concretó no en el Zulia sino en la Universidad de Oriente (UDO) porque Sáez perdió contra el lobby adeco liderado por el Dr. Luis Manuel Peñalver —una figura importante del partido Acción Democrática y rector fundador de UDO).

Entre 1959-1960 Sáez trajo al Zulia la primera computadora que se utilizó en esa universidad: una IBM 610 Auto Point Computer, anunciada el 3 de septiembre de 1957 y cuyo costo era de 55 mil dólares (o se podía alquilar por 1.150 dólares mensuales), de las cuales IBM sólo produjo 180 modelos. En torno a ella, en 1959 Sáez fundó y dirigió el Instituto de Cálculo Aplicado (ICA) de la Universidad del Zulia. Más tarde, con el matemático extremeño José Gallego-Díaz (Úbeda, Jaén 1913 – Caracas 1965), Sáez presentó en la Convención Anual XI de la ASOVAC (Caracas, 1961) uno de los primeros trabajos de investigación en el país que utilizó los recursos de una IBM 610 (Un método intrínseco de ajustes por mínimos cuadrados y su programación para el cálculo automático con la IBM 610). Anteriormente, hacia 1938, en Maracaibo la empresa petrolera Mene Grande Oil Company (una filial venezolana de Gulf Oil Corp.) había instalado Equipos de Registro Unitario de IBM que permitían procesar con tarjetas perforadas datos administrativos y contables.

De vuelta en Caracas

En primer plano, el profesor argentino Carlos Domingo (1926-2022) y atrás el ingeniero costarricence Fernán Rodriguez Gil (h. 1927-2006) trabajando con la computadora IBM 1620. Fotografía posiblemente tomada hacia 1961 en el Departamento de Cálculo Numérico,  Edificio de Física, Facultad de Ciencias, UCV. Fuente: Archivo de Carlos Herrera.

Según Víctor Poleo (Ingeniero Mecánico, UCV, 1969; MSc en Economía, LSE-London School of Economics, 1974), a mediados de los años sesenta Vicente Alonso era el jefe encargado de la Sala de Computación (IBM 1620) del Departamento de Cálculo Numérico. Otras fuentes añaden que Alonso era asistido en esas labores por el Sr. Acítores. Por ejemplo, en el trabajo de ascenso a Profesor Asistente del ingeniero Julio A. Salgado (julio 1967), el autor agradece «al profesor Alonso y al señor Acítores del Departamento de Computación por las facilidades prestadas durante las pruebas de estos programas [para la Evaluación de muestreos en minas de oro mediante computadores digitales]».

De pie (desde la izquierda). El profesor Vicente Alonso Fernández, Oscar Varsavsky (1920-1976), Fernán Rodriguez Gil, el Director de la Escuela de Física y Matemáticas Manuel Bemporad, una mujer aún no reconocida, Rizal Grimau Castells (1927-?) y Julián Arturo Aráoz (1934-2019). Sentado: el estudiante operador Jorge Fernández. Fuente: Archivo de Carlos Herrera, hacia 1966.

En 1967 ocurrieron dos cambios. El Departamento de Cálculo Numérico de la Escuela de Física y Matemáticas pasó a llamarse Departamento de Computación. La demanda de servicios de computación en el país iba creciendo. El Gobierno, la industria petrolera y los bancos, entre otros, comenzaban a instalar computadoras más poderosas. La Nación requería personal formado en Ciencias de la Computación y ahora la IBM 1620 resultaba pequeña para las necesidades del momento.

Entonces, en 1967 la Escuela decidió cambiar a una máquina más grande, una IBM 360/40. Como la nueva computadora no cabía en el Edificio de Física se instaló y comenzó a funcionar en febrero de 1968 en una parte del llamado Palacio de las Industrias en Plaza Venezuela, una infraestructura de 2.479 m2 que había sido donada por la Nación a la Asociación Civil Pro-Venezuela el 29 de enero de 1965.

«Palacio de las Industrias» donado por la Nación a Asociación Civil Pro-Venezuela el 29 de enero de 1965. Fuente: Fundación Arquitectura y Ciudad.

En el año 1968 se aprobó la Licenciatura de Computación y la Escuela de Física y Matemáticas pasó a llamarse Escuela de Física, Matemáticas y Computación. A principios de los años setenta, todo el Departamento de Computación comenzó operar en las instalaciones del Palacio de las Industrias, comúnmente llamado en la jerga universitaria de entonces «en Pro-Venezuela». Tiempo después la IBM 360/40 se cambió por una  IBM 360/50.

Modelo Utopía (1965). Fuente: Elaboración propia.

En estos años en el Departamento de Cálculo Numérico se hicieron investigaciones interesantes y originales que han pasado al olvido: de la mano de Fernán Rodríguez Gil y Carlos Domingo, se desarrolló un lenguaje de computación propio ucevista llamado PUC (Procesador Universidad Central) y se inició una larga y estrecha colaboración con el CENDES para el modelado matemático de sociedades reales y utópicas que contó con la participación de la empresa estadounidense SIMULMATICS, y con financiamiento de USAID, la Fundación FORD y la misma UCV en donde destacan los proyectos Dynamic Models for Simulating the Venezuelan Economy y ‘VENUTOPIA I’ y, además, de los ya mencionados Oscar Varsavsky y Carlos Domingo, resaltan los nombres de Edward Peck Holland, Jorge Ahumada y José Agustín Silva Michelena. Oscar Varsavsky y Carlos Domingo realizaron un proyecto de simulación de una sociedad utópica, el primer modelo computable de una sociedad. Para validar sus ideas y el código computacional que habían desarrollado, antes de aplicarlo a una sociedad real, crearon el Modelo Utopía en donde consideraron la sociedad descrita por el humanista y escritor inglés Tomás Moro (1478-1535) en su libro Utopía (1516) y la modelan matemáticamente. Fue realizado en 1965 pero fue publicado en 1967 bajo el título Un modelo matemático de la Utopía de Moro en la revista Desarrollo Económico (Vol. 7, No. 26, julio – sep., 1967).

En 1975, el año cuando Vicente Alonso se acogió a la jubilación, el Departamento de Computación se independizó y nació la Escuela de Computación cuyo primer Director fue Roger Soler, Licenciado en Computación egresado en 1973. Los primeros egresados como Licenciados en Computación fueron Marta Sananes (1971) y Nélida Felisa Lugo (1972).

Coloritmo

Epílogo

El cacereño y venezolano por adopción Vicente Alonso nació a principios del siglo XX y conoció el siglo XXI. De la cuna cacereña a la tumba caraqueña, tuvo una gran vida en 93 años. Se formó como Infante de Marina, aprendió matemáticas, geodesia, aerostación y artes militares. Defendió sus ideas durante la Guerra Civil española, pero la pérdida de la Segunda República lo mandó  al exilio: Francia, República Dominicana y Venezuela.

En Francia ayudó a otros exiliados. En República Dominicana fue administrador de una finca, profesor de matemáticas, articulista y conferencista. En esta tierra de gracia, Venezuela, fue corredor de seguros, organizador de eventos taurinos, docente de matemáticas en educación secundaria, profesor universitario de topografía y matemáticas superiores y pionero en la implantación de los estudios de computación en Venezuela.

Hacia 1953 ingresó como profesor en la UCV, la casa que vence la sombra, y se acogió a la jubilación en 1975. Precisamente, en el mismo año de la creación oficial de la Escuela de Computación (UCV) como entidad independiente de la antigua Escuela de Física, Matemáticas y Computación que entonces retomó su antiguo nombre Escuela de Física y Matemáticas hasta 1998 cuando se constituyeron la Escuela de Física y la Escuela de Matemáticas.

1992: El profesor Vicente Alonso ya jubilado lee la prensa en su apartamento  bajo la luz tropical caraqueña. Fuente: Archivo Alonso Garrido.

Quienes conocieron al Profesor Vicente Alonso refieren que fue «una persona sencilla, íntegra, afable, correcta, de firmes convicciones»; un «hombre recio, inteligente, gentil, con humor, recto y sabio»; y «una persona admirable, muy educado, sencillo, cordial y buen maestro».

Por haber entrado como estudiante en la Facultad de Ciencias en enero de 1974 no tuve la oportunidad de conocerlo. No obstante, al investigar su trayectoria vital desde internet aplicando la metodología Sondeo Histórico Digital logré desenterrar aspectos de su vida que quizás sean desconocidos para quienes lo conocieron en vida. El cacereño venezolano Vicente Alonso Fernández falleció en Caracas el 9 de junio de 2001, a la edad de 93 años.

Este ha sido un viaje largo, de 1908 en Cáceres, Extremadura a la ciudad de Caracas de mediados de los años setenta. Si llegaste hasta aquí, te felicito y te doy las gracias. Has leído otro acto de «orfebrería digital» (agradezco a Javier Marichal por esta imagen metafórica) de PROYECTO VES para traer al presente la memoria de quienes Vinieron, Educaron y Sembraron (VES) las semillas del conocimiento en esta, a decir de Cristóbal Colón (1498), «tierra que dije de Gracia». 

Coloritmo

NOTAS

(1) Para detalles sobre la inmigración española en la República Dominicana, véase (i) El exilio republicano español en la sociedad dominicana. Seminario internacional, marzo 2010; y (ii) De isla en isla: los españoles exiliados en República Dominicana, Puerto Rico y Cuba de Consuelo Naranjo Orovio y Miguel Ángel Puig-Samper.

(2) Amadeo Julián, en Vicente Llorens Castillo (en El exilio republicano español en la sociedad dominicana, pp. 194-195), citando a Javier Rubio, La emigración de la Guerra Civil de 1936-1939, p. 190.

(3) Las siguientes referencias permiten conocer mejor la historia temprana de los estudios de computación en Venezuela: (i) REYES, José Fco. y SUTZ, Judith (1984). “La computación en Venezuela. Evolución de la actividad docente y de investigación en la UCV”, en Ciencia académica en la Venezuela moderna: historia reciente y perspectivas de las disciplinas científicas, pp. 103-133; (ii) SANANES, Marta(2010). “Inicios de los estudios de computación en Venezuela y sus circunstancias“, Memorias I SHIALC, 1-6.  y (iii) PÉREZ, José Vicente (2012). “Historia de la computación y la informática en Venezuela (1938-2011)“, Acción Pedagógica, Vol. 21, Nº. 1, 2012, pp. 82-94. 

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SOBRE EL AUTOR: José G. Álvarez Cornett ( @Chegoyo en Twitter )

Investigador Principal, PROYECTO VES; Docente de Historia de la Física, Facultad de Ciencias, UCV; Miembro de Physics and Mathematics for Biomedical Consortium y World Futures Studies Federation. Nombrado por la Society of History of Technology (SHOT) como SHOT GLOBAL COMMUNITY SCHOLAR (2023-2025).

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